Foto de Ángel Muñoz

lunes, 5 de marzo de 2012

Insomne

Habremos de salvarnos de algún modo
del dolor agrietado
de los muros resecos
de la falta de oxígeno
del desamor y el hábito onanista
de arañarnos el párpado.
Oscura y silenciosa
la almohada se calienta
con este pensamiento voraz
insatisfecho, estéril
de culebra y migraña
de desaliento y ruina.
Otra vez el insomnio puntiagudo
con su cara de ausencia
su eco redundante
el paisaje infecundo de las horas vacías.

2 comentarios:

Ana Pérez Cañamares dijo...

Ains, yo también :(
Si pudiéramos charlar a las cuatro de la mañana...

GASTROPITECUS GLOTÓN dijo...

Peor los sueños que se deslizan hacia la conocida pesadilla, verosimil, hiperrealista casi y cuando me despierto no sólo el monstruo sigue allí sino esta realidad...