Foto de Ángel Muñoz

viernes, 4 de noviembre de 2011

Las preguntas del viento






Las cruces erguidas, unas con más orgullo, abanderadas y testimoniales. Sobre ellas sopla un viento desconcertado, el mismo que hace ondear el trapo barrado en la cumbre del mástil. Paseamos, humanos, entre las tumbas, entre sus cinceladas fechas y sus nombres, ein deutscher soldat Kurt Hilbrich, o entre el silencio lapidario de un cuerpo que sólo fue un cuerpo, un cuerpo joven de alguien, un cuerpo destrozado, desconocido, solo, un cuerpo, solo, here rests in honored glory a comrade un arms known but to god. Las nubes pesan sobre los cementerios, que rebosan batalla, las nubes caen en niebla persiguiendo respuesta. Los humanos, de vida tan efímera, se dañan tanto. Cuál es el fin último de la lucha? Abonar cementerios a base de carne joven, ofrenda pátrida? En un recorrido tan breve, no sería más digno tumbarnos sobre el césped y alimentar la tierra con lluvia fértil, con un aliento desarmado? Entonces, por qué? Por qué entonces, por qué siempre, también ahora? Cuándo se aprende esta escueta lección?

1 comentario:

GASTROPITECUS GLOTÓN dijo...

Yo estuve en esos mismos sitios.
Creo que los Europeos aprendimos, en parte, del desastre. Lástima que los aliados y la resistencia y el maquis no siguieran hacia el sur liberando de fascismos España. Nunca entenderemos porqué. (Nadie recuerda en Normadía a La 9)