Foto de Ángel Muñoz

martes, 16 de junio de 2009

Feriantes


Se acabó la Feria del Libro, recuperamos el resuello, o casi. Días de viento, lluvia y calor, sobre todo calor, de ese que hace a los pájaros caerse de los árboles.
Estupenda toda la historia del libro peor vendido, con Escalera, Baile de Sol, Salto de Página,Errata Naturae y Artemisa rebuscando entre las razones de que buenas historias no sean de interés para el público. Da que pensar. Y pensé. Pensé en eso, en los más vendidos, en la gente que escribe, que escribimos, y para qué lo hacemos. En lo que me contó Hugo de quienes escriben para el almacén y quienes lo hacen para el escaparate.
Sonrisas, pato crujiente, siestas en el césped, cerveza, amigos, encuentros raros, los árboles sobre la cara, la música callejera, el sudor, la altanería, la humildad..., y libros, libros, libros, de autoayuda, de cálices y ángeles y frailes y misterio, historias del medievo, cuanto más largas mejor, hasta un manual de desarrollo espiritual después de la muerte (al que no le funcione tiene derecho a reclamar, en su momento).
Tiempo breve, días rápidos, agotadores y deliciosos. Viva la Feria y sus faralaes.
Me quedo con la frase de una crieja de unos seis años: compro este libro para hacer feliz a mi hermana.
Pues eso, busquemos en los libros algo de felicidad, aunque sea para la vida.

3 comentarios:

Brisuón Çafrén dijo...

Pedazo de frase la de la niña.

Felicidades por estos días felices.

libertad dijo...

Los niños nos desarman tantas veces.
Estoy contigo. Ahora, a descansar un poquito, no?
Besos mil!

Inma Luna dijo...

Gracias chicos. Lo del descanso, cuándo será...????
Ni falta que me hace!
Besitos